El puerto de Caldera, tuvo una importancia fundamental en la Guerra del Pacifico, por tratarse de un lugar estratégico, tanto para la Armada de Chile, como para las fuerzas navales del Perú.
Contaba en esa época con una maestranza para reparación de piezas náuticas, un cable
submarino de comunicación, depósitos de carbón, una desaladora de agua de mar y una linea férrea con destino a Copiapó.
Su bahía, amplia, de aguas tranquilas, estaba considerada como la mejor del Pacífico
Suramericano, alejada de vientos y temporales que podían hacer zozobrar embarcaciones. Además, Caldera estaba considerado el segundo puerto de importancia en Chile, principalmente, por su favorable comercio exterior.
Apoyaban el comercio y el cabotaje en el puerto, los consulados de Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Italia y algunos sudamericanos como Colombia y Perú.
El comercio de ésta urbe con el mundo, estaba sustentado por la minería atacameña,
fundamentalmente, la plata de Chañarcillo y Tres Puntas; las minas de cobre del interior de Caldera, El Algarrobo, El Morado y Quebrada Seca.
